En los últimos tiempos se ha producido un apreciable aumento de las denuncias e informaciones sobre estafas de las que han sido víctimas empresas españolas en el comercio internacional, en especial en actividades exportadoras. Un par de recomendaciones básicas pueden ayudar a evitar estos fraudes.
El ICEX informaba recientemente en su web del denominado EuropeanDistributionFraud:. “Consiste en la suplantación de identidad de un importador, mayorista o detallista legítimo, para el robo de mercancías de proveedores europeos”. El estafador contacta a la empresa exportadora haciéndose pasar por un importador que quiere realizar un pedido. La empresa exportadora (normalmente del sector de alimentos o vinos), con pocas precauciones, envía el pedido. Luego, cuando manda la factura para cobrar, descubre que el importador a quien creía estar vendiendo ha sido suplantado por el estafador y la mercancía ha desaparecido.
Reflejando la preocupación por el aumento de estas estafas, el blog de CESCE publicaba también hace poco un artículo sobre “Los 9 fraudes más habituales en las exportaciónes”.
Con la crisis económica en España muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, que no exportaban anteriormente, han decidido salir a los mercados exteriores. En muchos casos estas empresas abordan la actividad internacional con serias carencias. Su falta de experiencia y de medios, su “ingenuidad”, facilitan el que sean víctimas propicias de los estafadores. Estos son conscientes de la difícil situación económica de estas empresas, de su necesidad de vender, de su escasa experiencia, y se aprovechan de ello.
¿Qué se puede hacer para evitar estas estafas? En este post vamos a comentar un par de recomendaciones básicas.
En la mayoría de estas estafas se plantean dos temas –o tareas- clave: la “verificación” del comprador y el cobro de las mercancías.
En primer lugar, dejando a un lado la intuición y el “olfato” -si de repente aparece de la nada un supuesto comprador que dice que nos ha conocido vía Internet, quiere hacer un pedido muy importante, apenas discute precios ni condiciones, etc., en fin, tenemos motivos para ponernos en guardia, porque operaciones tan atractivas no suelen ser frecuentes-, una empresa tiene mecanismos para chequear la identidad de una empresa extranjera.
Probablemente el mecanismo más rápido es consultar a una institución española del país en el que está basado en teoría el supuesto comprador. Las Oficinas Comerciales de las embajadas españolas son la primera opción, y la más efectiva. También se pueden consultar a Cámaras de Comercio españolas, en aquellos países en los que existen (y funcionan). Para una empresa española puede ser muy difícil determinar si una empresa, digamos, de Suecia es una empresa seria. Pero lo normal es que una institución española implantada en Suecia conozca perfectamente cuáles son las averiguaciones que tiene que realizar para comprobar que esa empresa existe en realidad, que no se está produciendo una suplantación; y también puede recomendar las precauciones a tomar.
Puede ocurrir que la institución española ya tenga referencias de esa empresa, bien porque es un importador que conoce y puede por tanto acreditar su seriedad; bien por lo contrario: porque ya ha tenido conocimiento de otros intentos de estafa que ha intentado llevar a cabo. Los estafadores no actúan sólo una vez…
En cuanto al segundo punto, existen mecanismos para asegurar el cobro de las mercancías, a través de las empresas aseguramiento de operaciones exteriores (CESCE, Crédito y Caución, Coface, etc.). Las empresas se resisten a veces a asegurar las operaciones, por el coste que suponen. Pero si existe un cierto margen de inseguridad, el costo del seguro está más que justificado.
Lamentablemente, en no pocos casos las empresas desconocen que existen estos instrumentos de seguro.
Además, las propias compañías de seguro pueden contribuir al primer punto al que nos hemos referido: la verificación de la seriedad/identidad del comprador. Por su propia experiencia, y por la cuenta que les trae (un fallido les supondría la obligación de indemnizar al asegurado), las empresas de seguro tienen instrumentos de para analizar empresas. No sólo eso: tienen listas de empresas sospechosas (o no sospechosas, sino empresas claramente fraudulentas y estafadoras), de las que pueden advertir a la empresa española cuando ésta solicita un aseguramiento.
Mensaje básico: hay que consultar a nuestras Oficinas Comerciales y a las compañías de seguro. Y hay que enseñar a las nuevas Pymes exportadoras las posibilidades que tienen de hacerlo.